«El compromiso del consejero es mantener el empleo fijo y estructural». El director general de Innovación Sanitaria, Enrique González Fernández, quiso despejar ayer los temores de la Junta de Personal del HUCA, que sospecha que el traslado a La Cadellada y la cesión del mantenimiento la empresa pública Gispasa podría suponer un perjuicio para los 170 trabajadores -40 de ellos eventuales- que en estos momentos realizan el servicio.
«Pasamos de un complejo muy antiguo a uno moderno e integrado y eso supondrá cambios organizativos», destacó González, quien hizo hincapié en que se está formando a los empleados de mantenimiento para que se adapten a unas instalaciones «radicalmente diferentes». Como ejemplo, expuso que tras la mudanza tendrán que velar por más de 35.000 puntos de alerta electrónicos que necesitan de una vigilancia y una atención distintas a la que requieren los 17 edificios que componen el actual HUCA.
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