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viernes, 11 de julio de 2014

HUCA, veni, vidi... y quise salir corriendo

Servicio cartas de los lectores en La Nueva España.
6 de Julio del 2014 - Marta Belén Gómez Moro (Oviedo)
Me sentía muy orgullosa de ser médico de urgencias desde 1988 en el HUCA. Hacía bien mi trabajo y creía que era el trabajo, el oficio más apasionante... hasta el 14 de junio de 2014. Desde este fatídico día tengo la sensación de ser uno de aquellos mártires cristianos a los que los emperadores romanos condenaban a morir en el circo devorados por los leones entre terribles sufrimientos. En esta historia el circo romano es el nuevo HUCA, y los mártires nosotros, el personal sanitario; pero en este martirio, por desgracia, no estamos solos: nos acompañan los pacientes. ¿Y el emperador? No es un ente abstracto, tiene nombre y apellidos concretos: los de unos cuantos laureados que con nuestro dinero decidieron que había que construir un nuevo hospital (¡era necesario?), que con nuestro dinero decidieron comprar una novedosa aplicación informática (“buenísima, es americana”) y que el 14 de junio bajaron su pulgar para dar inicio al espectáculo.
Algunos solicitamos clemencia al emperador; hicimos una crítica franca, pero no nos escuchó ¿Cómo va a escuchar a unos quejicas cristianos? Algunos romanos influyentes pudieron evitarlo, no lo hicieron ¡no fuese que también los arrojaran a la arena para ser devorados por los leones!
Voy a describir el escenario que yo conozco: la arena del circo es el servicio de urgencias, mejor dicho, de la unidad de gestión clínica de urgencias del HUCA; compartimentada en varias zonas: unidades asistenciales A, y C, unidad de críticos, consultas, traumatología y unidad de observación.

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