La negativa a sustituir a una trabajadora que pidió permiso para acudir al entierro de un familiar desata un nuevo conflicto entre el colectivo y la gerencia de la zona sanitaria VII
“La gerencia castiga nuestras protestas”. Las relaciones laborales entre los médicos eventuales del Área Sanitaria VII –la que tiene su cabecera en Mieres y atiende a los concejos de la comarca del Caudal— y los responsables comarcales del Servicio de Salud (Sespa) han alcanzado nuevos mínimos. Tras sus anteriores denuncias sobre el deterioro de las condiciones en las que han venido prestando sus servicios en los últimos meses, los facultativos consideran que la situación ha empeorado como represalia. La asociación que los agrupa ha denunciado este martes la negativa del Sespa a buscar un sustituto entre los parados para permitir a una trabajadora acogerse a un permiso y acudir al entierro de un familiar directo la semana pasada. “No entendemos qué ha motivado este cambio de actitud y este absoluto desprecio a las normas de conciliación de la vida familiar y laboral en un momento tan delicado para nuestra compañera. ¿Es ésta la forma de responder de la administración ante los problemas? ¿Castigar a quienes reivindican sus derechos? ¿Aprovechar momentos en los que una persona es tan vulnerable?”, se pregunta en un comunicado.
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