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| Asamblea celebrada ayer en el HUCA convocada por la Junta de Personal. / Susana San Martín |
Exigen al gerente una rectificación pública desmintiendo la acusación de sabotaje. El lunes celebran una concentración de protesta
Indignados, dolidos, cabreados y «agotados». Este es el sentir de parte de los trabajadores del nuevo HUCA y así lo dejaron patente ayer en la asamblea que celebró la Junta de Personal para evaluar los últimos acontecimientos sucedidos en La Cadellada, entre ellos, la polémica avería de una de las tuberías que obligó a suspender operaciones en el bloque quirúrgico II. «Hay que decirle a Gispasa que 'hasta aquí llegamos'», advirtió Ramona García (UGT), presidenta de la Junta de Personal. La plantilla del Hospital Central reclama a la gerencia una rectificación pública «desmintiendo la acusación de sabotaje. Es una vergüenza que nos quieran cargar el muerto a nosotros», lamentaba la representante sindical.
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