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domingo, 20 de enero de 2013

El modelo sanitario del PP se agrieta


Feijóo entregó a empresas la financiación de nuevos hospitales y centros de salud como garantía de “eficacia”, pero en Vigo la adjudicataria está en apuros

El área sanitaria más saturada de Galicia vive pendiente de un nuevo hospital concebido en tiempos del bipartito de Touriño pero con un embarazo de riesgo. El centro hospitalario de Vigo pretendía ser el paradigma de la eficacia de Feijóo el gestor, el primer hijo gallego de la sanidad moderna, la demostración de que para levantar infraestructuras sanitarias públicas en poco tiempo no hay nada mejor que encomendarse a la financiación privada. La unión temporal de empresas encargada de coronar el proyecto (formada por Acciona, Puentes y Calzadas, Altair, Concessia y Ocas) no ha conseguido aún, sin embargo, que los bancos le presten el dinero necesario y las máquinas en la parcela de Beade donde se levantará el complejo tienen el freno pisado desde el verano. “Las obras están ralentizadas, no paradas”, insiste la Consellería de Sanidade, ahora que el paso de los meses le ha obligado a reconocer un problema que en verano negaba rotundamente. Hace cuatro meses, la adjudicataria del hospital de Vigo estaba a punto de cerrar la financiación del hospital, faltaban solo unos “flecos”, explicaba el director general de Recursos Económicos del Sergas, Pablo Torres. Esta semana, esos “flecos”, admitía una portavoz de Sanidade, seguían al aire. “No está cerrada pero está prácticamente cerrada”, mantiene la consellería.

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